María Sabina, la chamana mexicana que abrió el mundo a los hongos sagrados
María Sabina Magdalena García, conocida simplemente como María Sabina, fue una curandera y chamana mexicana de la tribu mazateca que alcanzó fama mundial por sus conocimientos sobre los hongos sagrados psilocibios. Nació en 1894 en el pequeño pueblo de Huautla de Jiménez, en el estado de Oaxaca. Sus prácticas chamánicas, en particular sus ceremonias con hongos de psilocibina, atrajeron la atención de investigadores y artistas occidentales, lo que tuvo un enorme impacto en la cultura contemporánea y en la investigación sobre psicodélicos.
El camino hacia el conocimiento espiritual
Desde muy pequeña, María Sabina estuvo expuesta a los hongos psilocibios, llamados "los niños santos" en la cultura mazateca. Estos hongos se utilizaban en rituales para entrar en contacto con los espíritus y buscar respuestas a preguntas sobre la salud, la vida y la muerte. Sabina, que era curandera, utilizaba las setas para tratar diversas dolencias, tanto físicas como espirituales.
Reunión con R. Gordon Wasson
Un punto de inflexión en la vida de María Sabina se produjo cuando conoció al banquero y etnobotánico estadounidense R. Gordon Wasson en la década de 1950. Wasson, fascinado por las leyendas de los "hongos sagrados", viajó a México para participar en una ceremonia dirigida por Sabina. Su experiencia fue descrita en un artículo publicado en la revista Vida en 1957, que despertó un enorme interés por los hongos psilocibios en Occidente y contribuyó al nacimiento del movimiento psicodélico de los años sesenta.
Legado e impacto en la ciencia moderna
Tras conocer a Wasson, María Sabina se hizo enormemente popular, y científicos, hippies y artistas de todo el mundo empezaron a visitar su pueblo, entre ellos figuras como Timothy Leary y Albert Hofmann, el descubridor del LSD. Aunque esto dio publicidad a las tradiciones mazatecas, también tuvo consecuencias negativas: el pueblo se vio inundado de turistas, lo que alteró el orden tradicional y creó descontento entre los residentes. En última instancia, Sabina se sintió traicionada por los forasteros, que, en sus palabras, "tomaron la santidad de las setas y profanaron su poder".
Patrimonio espiritual y cultural
María Sabina murió en 1985, pero su legado sigue vivo. Se la reconoce como una de las figuras más importantes asociadas a la historia de los psicodélicos, y su vida y sus ceremonias siguen inspirando a investigadores y a quienes buscan el crecimiento espiritual. La investigación contemporánea sobre los hongos psilocibios, que está mostrando resultados prometedores en el tratamiento de la depresión, la ansiedad y otros trastornos mentales, invoca a menudo el nombre de Sabina como alguien que abrió al mundo la puerta a formas alternativas de terapia.
María Sabina se ha convertido en símbolo e icono del movimiento psicodélico, así como en símbolo del conflicto entre la cultura occidental y las creencias tradicionales de los pueblos indígenas. Su historia es un relato de reverencia, el poder de la naturaleza y la espiritualidad que trasciende las barreras lingüísticas y culturales.